jueves, 17 de enero de 2013

... LAGRIMAS ... DE CRISTO ...











 


        Paró de llover. Así estaba el día, alternando entre la lluvia y algún momento de sol.
        Y él aprovechaba todos los momentos.
     Sentado en el suelo, ignorando quien pasaba, moldeaba con las sucias manos la tierra mojada, como si fuese barro.
     La verdad es que iba tomando forma … se podía reconocer la figura de una mujer … los detalles impresionaban a quién pasaba y le iban dejando comentarios que él ni escuchaba …





 

       --- Pare el carro.
       Era una voz femenina, enérgica … firme …
     El niño volvió la cabeza en la dirección del sonido … un carruaje muy rico se había detenido a pocos metros de él.
       --- Eh! Niño. Acércate. --- le hablaba el cochero.
     Llevó algún tiempo a comprender que las palabras le eran dirigidas a él.
      --- Yo ?!!
      --- Sí!! Tú! La duquesa de Montepensier quiere hablarte.
Con un poco de miedo se acercó del carro cerrado. La puerta se abrió …dentro apareció la cabeza de una mujer … joven … muy guapa …
      --- Cómo te llamas?
      --- Antonio.
      --- Qué estás haciendo ahí en el suelo?
      --- Nada …
     --- Parece una mujer …
     --- Sí … pasó por aquí hace un rato …
     --- Cuantos años tienes?
     --- 12
     --- Y quién es tu padre?
    --- Manuel Susillo, vivimos aquí cerca …
    --- Y tú andas en el colegio?
    --- Si señora.
   --- Vale. Solo quería conocerte. Sigue con lo que estabas haciendo …
   La puerta se cerró y el carruaje siguió por el camino de tierra. 




 

      Unas horas más tarde cuando llegó a casa, su padre estaba muy feliz …
        --- Antonio … ha estado una señora hablando contigo?
       --- Sí, papá …
      --- Y tú qué estabas haciendo?
      --- Nada malo, papá … te lo prometo …
      --- Tranquilo, hijo mío … la duquesa mandó un mensajero.
     --- Aquí?!!!
   --- Sí.. Por lo que parece le ha gustado mucho lo que estabas haciendo … quiere costear tus estudios … quiere que seas alguien importante.



 

      Sentado en su taller de artista, en la casi completa oscuridad, Antonio pensaba en su vida.
      Con cariño recordaba aquel momento que había revolucionado todo su destino.
        Y de eso hace 27 años … cuántas cosas pasaron desde entonces.
      Al cumplir 17 años, y por indicación de la duquesa fue presentado a José de la Vega Marrugal, gran pintor que le abrió la mente a nuevas ideas y nuevas técnicas.
     No paró jamás … trabajó en París … Roma … volvió a Sevilla como alguien importante …






 

        Se acordó de Antonia, el gran amor de su vida … gruesas lágrimas le cayeron por la cara al revivir el momento en que le comunicaron su muerte … con ella perdió también a su hijo …
        Se dedicó, entonces, al trabajo …
       También se acordaba del día en que unos soldados le entraron por aquél mismo taller donde se encontraba.





 

      --- Antonio Susillo ?!!!
      --- Sí!
   --- Queda informado que mañana por la mañana le visitará su majestad, La Reina!
    Le invadieron los nervios … pero a la mañana siguiente la figura amable y dulce de la monarca lo hizo sentir muy confortable.
    Aquella visita significó más ventas, más trabajo, y, claro, más dinero.
       Dinero que ahora mismo le faltaba.







       Miró al otro lado del taller … por entre la oscuridad se erguía el Crucificado de la Misericordia …. su última obra … la que esperó ansiosamente fuese su salvación económica …





 

      Por su cabeza pasó la discusión que tuvo con María Luisa, su segunda esposa.
       Las discusiones con ella eran frecuentes … demasiado habituales …
       Sentía que ella esperaba de él una vida de alta burguesía … pero su situación económica era desesperada … sus costumbres dispendiosas tampoco ayudaban en nada.
       Aquel día decidió llamarla al taller y tener una conversación seria sobre el tema.
        Lo escuchó siempre con una media sonrisa en los labios.
       Él le mostró el Cristo que estaba acabando, y le explicó que podría estar ahí su respiro económico …
       Pero ella se ha rió y antes de salir le dejó unas frases ...
      --- Tienes que comprender que eres un perdedor y que yo no tengo la culpa de eso … estoy acostumbrada a un tipo de vida y te digo que la voy a mantener … tampoco comprendo que piensas conseguir con esa crucificado ahí … no tiene nada de especial … además tiene los pies cambiados …
      Al decir esto, cerró la puerta detrás suya.





 

        Antonio se quedó helado … qué decía ella? … los pies cambiados? … qué entendía ella de arte? … pero se fue acercando a la escultura aún no terminada…
       Entonces tomó conciencia … María Luisa tenia razón … se había confundido … un terrible error … se había equivocado con los pies del Cristo … y eso … además del desprestigio artístico que ese error acarreaba … significaba su hundimiento completo … a la fecha de aquél día, 22 de diciembre de 1896, estaba arruinado.
       En todo eso pensaba Antonio, a oscuras en su taller … mañana vendrán los de la misericordia a ver la obra que había esculpido para su iglesia … una vergüenza … no podría soportarla …





 

       --- MESTRE ANTÓNIOOOO …
       Era Joaquín Bilbao, su alumno más aplicado …
       --- Maestro Antonio … está ahí?
       De dentro del taller solo silencio.
       --- Maestro Antonio … sé que esta ahí …
     Ante de la más completa ausencia de respuesta, Joaquín decidió entrar.
       Al abrir el gran portón la luz inundó el amplio recinto …
      Al fondo estaba el Cristo … y suspendido de una soga … … ….
    --- Maestro … dios mío … socorro … ayuda … aquí … rápido … maestro … maestro …








       En el amplio salón de reuniones, contiguo al patio de los naranjos de la Catedral, D. Marcelo Spínola recién nombrado arzobispo de Sevilla escuchaba a los nobles que le habían solicitado la reunión con urgencia aquella misma tarde.
       El tema no le gustaba para nada.
       Escuchaba ya al tercer noble, y no hacían más que repetirse …
       Cuando se levantó de su suntuosa silla se hizo el silencio …
       --- Señores … señores … lo que me pedís es imposible.
     Algunos se levantaron … pero el eclesiástico hizo un movimiento enérgico impidiendo la acción y dando a comprender que ahora hablaría él … sin interrupciones …
      --- A ver … las leyes de Dios y de la Iglesia son claras … jamás tendrá lugar en un cementerio cristiano quien termine con su vida yendo contra los mandamientos …
       --- Por favor … es un caso especial …
    --- Por favor no insistan … sería un mal ejemplo por parte de la Iglesia y un precedente muy peligroso.






 

         Tres golpes se escucharon en la puerta de acceso.
D. Marcelo miró la puerta cerrada con aire de enfado …
         --- Quién osará interrumpirnos?
       La puerta se abrió totalmente y una mujer 60 años entró amparada por dos pajes...
       El arzobispo cambió de inmediato de actitud.
       --- Doña Luisa … a qué debo el honor de su visita --- substituyó a los pajes y la ayudó a sentarse.
        La infanta tenía los ojos rojos y llenos de lágrimas.
        --- Ya imaginará el favor que le vengo a pedir …
       --- Lo sé señora … pero sinceramente no sé qué hacer …
   Doña María Luisa de Borbón le entregó un papel que traía cuidadosamente enrollado en la mano. 
      --- Y esto qué es, señora?
     --- Eminencia, conozco las leyes de la iglesia. Este es un informe del doctor que testificó su muerte --- D. Marcelo leía el documento --- como puede V. Exª confirmar, su muerte fue motivada por un derrame cerebral … y eso es lo que quedará para la historia.
      Todos hicieron silencio en el salón … solo se escuchaban los sollozos cadenciosos de la infanta.
        El arzobispo abrió los brazos con la impotencia que sentía ante aquella situación.
         --- Vale … que no se sepa la verdad de los hechos, pueden enterrar al escultor en el suelo sagrado del cementerio de San Fernando.





 

     Fuera esperaba toda una multitud ansiosa por la decisión. El primero en enterarse fue Joaquín que corrió gritando:
         --- Lo conseguimos … lo conseguimos …
        Al llegar al taller de Antonio unos hombres estaban esperando.
       --- Quién sois?
       --- Y vos?
       --- Soy Joaquín Bilbao, discípulo del difunto Antonio Susillo.
    --- Nosotros somos de la misericordia, tenemos información de la muerte del artista y vinimos a recoger el Cristo que encargamos.
      --- Lo siento, no lo podéis llevar.
      --- Porqué? Nos han dicho que estaba ya concluido.
    --- Sí, pero el maestro dejó en el testamento que ese Cristo se iría con él a su tumba.
     Antonio Susillo, otro de los discípulos del malogrado escultor llegó a tiempo de escuchar las últimas palabras de Joaquín. Expresó su extrañeza cuando los hombres de negro se retiraron.
       --- Eso es verdad?
       --- No.
       --- No comprendo … porque lo has dicho?
      --- Sabes cómo el maestro estaba disgustado con el error de los pies … no quiero que se rían de él.





 

        La noticia corrió por toda Sevilla. Antonio Susillo sería enterrado en el Cementerio de San Fernando y tendría en su tumba la escultura del Cristo que tanto sufrimiento le causó.
      Al día siguiente fueron miles los que lo acompañaron aquella que sería su última morada.





 

         Pasaron tres semanas … Joaquín Bilbao, Antonio Castillo y Lorenzo Varella, todos discípulos de Susillo compraron unas flores. La idea era desplazarse al cementerio a rendir homenaje a su maestro … lo echaban de menos.
         A aquella hora no había nadie y se respiraba la tranquilidad fresca y húmeda que proporcionaba aquel invierno.
       Cerca de 200 metros ya se veía, recta, la figura del Cristo, indicando que allí reposaba el cuerpo sin vida de Antonio, su autor.
             Depositaron las flores a los pies del Cristo.
            Joaquín, levantó la cabeza y lo que vio lo hizo quedar estático.
            Los otros dos se dieron cuenta de que algo pasaba.
            --- Qué tienes Joaquín … estás blanco … hombre …
           Joaquín apuntaba al Cristo.
           Los dos miraron … pero no les pareció ver nada raro …
          Con la voz entrecortada, Joaquín murmuró …
         --- Los ojos … los ojos … el cristo llora …
       Entonces fijaron la mirada en la cara de la figura … no había dudas … de sus ojos salían gruesas lágrimas … milagro … aquel Cristo lloraba la muerte del hombre que le dio vida.




 

                                 La verdad:


        Esta es la leyenda del gran escultor sevillano Antonio Susillo. En los últimos años de su vida la leyenda se aleja de la realidad en muchos detalles.
      Es conocida mi gran afición por los enigmas, pero, la verdad, el enigma de la historia de Susillo es posible de clarificar … o sea … no hay enigma.
      El gran Cristo existe, basta visitar el Cementerio de San Fernando.
     En verdad, Antonio Susillo se suicidó en el día 22 de diciembre de 1896, pero no se ahorcó, se disparó en la barbilla con una pistola junto al río Guadalquivir en la zona de San Jerónimo.
      El motivo, no creo que haya sido el Cristo de los pies cambiados … por una razón para mi muy evidente … Antonio terminó su Cristo en 1890 y se suicidó 6 años más tarde … no veo la secuencia.
       Los motivos parecen estar en su imposibilidad de hacer frente a las ya abultadas deudas que tenía, muchas por culpa de su segunda mujer que le destrozó todo lo que tenía ahorrado.
    Su informe de defunción registra que murió por un derrame cerebral, lo que es verdad, solo que no especifica que ese derrame fue causado por un disparo voluntario.
      Ese el informe que fue entregado al guardián del cementerio y le abrió las puertas a la “tierra sagrada”.
        Las “ lágrimas de cristo” también son reales, pero explicables.
    Se detectaron unos meses después de su entierro y fueron veneradas como milagro hasta que unos diez años más tarde un grupo de ciudadanos decidió cambiar su tumba del lugar original donde había sido enterrado a una parcela en pleno centro del Cementerio, sitio donde se encuentra todavía.
       En el transporte de la gran cruz se dieron cuenta que Antonio, para aligerar el peso, la había esculpido hueca.
        Como tenía una apertura en cada ojo entró por ahí un enjambre de abejas que con el tiempo construyó ahí su colmena, por eso el nombre de Cristo de las Mieles.
        Lo que escurría por los ojos de la figura era miel, pura miel de abeja …
         Así encontraron una dulce explicación a las … lágrimas de Cristo ...

base de consulta:

            " NUEVAS APORTACIONES SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ANTONIO SUSILLO"  de Juan MiguelGonzález Gómez



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sábado, 5 de enero de 2013

... LA CHICA ... Y LA CURVA ...









 

      --- Necesitas algo más de mi por hoy, Andrés?
      --- No Paco … por hoy ya está bien … vete a casa …
      Terminaba así su semana de trabajo.
     --- Que tengas un buen fin de semana … y conduce con cuidado … llueve mucho …
     Paco se limitó a levantar la mano antes de salir por la puerta de servicio.




 

      Era verdad … llovía … una auténtica tormenta … no se sorprendía … era invierno …
      Intentó proteger por debajo del abrigo el ABC que compraba todos los viernes y corrió por el patio hasta su coche.
     Los pocos metros no le impidieron llegar empapado … del periódico solo se reconocía la fecha … 10 de Enero de 1986.



 


 

       Al poner en marcha su coche, casi olvidó el temporal … ahora estaba a seco … y empezaba a entrar en calor.
     Respiró a fondo … lo esperaba una media hora de conducción difícil hasta Sanlucar La Mayor. Ahí vivía … ahí lo esperaba su mujer y sus dos hijas.
     Tenía prisa en llegar a su hogar … pero sabía que tendría que mantener la precaución.
     Miró el salpicadero … tenía combustible suficiente para llegar.
   Encendió la radio … había noticias … algo sobre Ruiz-Mateos …




 

    Prestó más atención a la carretera … la lluvia no le permitía mucha visibilidad … y además … una de las escobas limpia para brisas de su coche estaba desgastada …
      Los primeros diez minutos fueron penosos … después … se acostumbró.




 

       Algo, en la carretera lo hizo despertar …
      Parecía una persona … en la carretera ?!!! con aquella lluvia ??!!!
      Levantó el acelerador … prestó más atención … era una chica … en plena lluvia … sin paraguas …
     Paró a su lado …
     --- Quiere que la lleve a Sanlucar?
    Ella lo miró … pero no le contestó …
     Él abrió un poco la ventana para que lo escuchara …
    --- Venga … se va a poner enferma así.
   Después de un momento de duda la chica abrió la puerta y se sentó a su lado.





 

       Estaba completamente mojada … se vía una chica de unos veinte y pocos años … llevaba un vestido blanco … y debería estar helada.
         Arrancó de nuevo el coche.
     Pero ante el silencio de la chica intentó establecer comunicación.
        --- De donde vienes tú? --- mal la miraba … su principal atención era la carretera.
       --- Eres de por aquí?
       Pero ella miraba delante … su boca no se abrió.
       Parecía que había entrado hielo en el coche.



 
 

     De repente ella estiró el brazo apuntando el camino.
     --- Cuidado!
     Fueron sus primeras palabras.
    --- Sí. Sí. Lo sé … estas curvas son peligrosas … conozco bien “las Doblas” … paso aquí todos los días.
     La chica no quitó los ojos de la carretera …
    --- En la segunda curva vas a encontrar un coche sin luces … vete más despacio …
    Sus palabras lo dejaron intrigado … sería una broma?     Como podría ella saber eso?!!!
    --- Ahí he muerto yo … hace 25 años.




 

      Instintivamente levantó el pie.
    Al acercarse de la segunda curva intentó mirar más atentamente por entre lo que a lluvia le permitía por la luna del coche … pareció ver algo … circuló aún más lento … avistó un bulto ocupando casi la mitad de la curva … un coche … un coche que había tenido un accidente … no tenía luces … la chica lo había salvado de lo que sería un problema grave … pero como había ella sabido?! Y qué historia era aquella de haber muerto hace 25 años?




 

       La miró para darle las gracias … vacío … nada … nadie … la chica se había esfumado …
      Imposible … donde estaba? Habría soñado? Qué estaba pasando ahí?!!!
      No paró … siguió conduciendo … de cuando en cuando miraba el asiento vacío de su coche … el único vestigio de que no soñaba era lo mojado de la tapeceria y de la alfombra … pero … de la chica … ni señal …





     Entró en Sanlucar la Mayor sin saber muy bien lo que había pasado … ni lo que debería hacer …
   Las luces del pueblo le dieron un poco más de visibilidad.
       Decidió pasar por la guardia civil antes de irse a casa.
      Aparcó delante de la entrada principal.
     La lluvia parecía ahora querer disminuir de intensidad …
   Salió del coche corriendo … dentro un hombre uniformado estaba sentado al teléfono …
     Le hizo una señal para que se sentara … pero Paco se mantuvo de pie … estaba demasiado nervioso para poder sentarse.


 
 


       Pocos minutos después se dirigió a él…
    --- Óigame señor … que le trae por aquí con este temporal.
     En breves palabras contó lo que pasó. En al salón estaban otros 4 guardias que lo escucharon … al final no evitaron unas sonrisas mal contenidas …
       Paco se sintió un poco ridículo … qué historia la suya … el mismo no la creería si la escuchara de otra persona …
       El primer guardia que le habló se levantó y pasó a otra mesa donde estaba una vieja máquina de escribir.
      --- Bueno señor … repítame todo … escribiré un informe sobre lo que me cuenta … es lo máximo que puedo hacer …



 


     De nuevo repitió desde el inicio … el escribió lo más rápido que pudo.
       En el final le dio a leer.
      --- Si está de acuerdo con lo que está ahí firme al final, por favor.
      Paco fue rápido … estaba todo allí … firmó.
      Al levantarse miró de frente a los demás … mantenía las sonrisas … pero disimulaban …
      --- Bueno, señor … como le he dicho … nada más puedo hacer … investigaremos …
      --- No me cree … verdad que no?
      --- No importa en lo que creo yo, señor.
      --- Comprendo … que tenga una buena noche.
      --- Buenas noches … señor …

 


      Salió a la calle … La lluvia había parado …
    Por entre las puertas de la ventana del cuartel de la guardia civil, el oficial que hablara con él le siguió con la mirada hasta entrar en el coche.
     Esperó al sonido del motor alejándose …
   Después salió del salón y se dirigió a una pequeña habitación al final del pasillo.
    Abrió uno de los cajones del archivador … sacó una voluminosa carpeta … en la portada se leía: “La chica...y la curva...”
     Unió aquel informe a los cerca de una docena que ya ahí estaban …



       LA VERDAD:

 

      Esta es una leyenda urbana que se cuenta en diferentes regiones de España, teniendo yo conocimiento de una historia muy parecida que pasa en Portugal, concretamente en la sierra de Sintra.
     En este caso concreto todo pasa en una curva de la carretera que lleva a Sanlucar la Mayor, en una secuencia de curvas a que se da el nombre de “Las Doblas”... y tiene varios “testigos”.
      En 1961, un autobús que se dirigía al Rocío se salió en esa curva cayendo al vacío … murieron 23 personas.
      En los años siguientes fueron muchas las personas que dicen que han visto a esta chica … que los informa de cuando hay peligro …
     Casi todos los habitantes de Sanlucar conocen la anécdota … pero pocos afirman públicamente que la creen … por ahí pasaron programas de fenómenos insólitos … como Cuarto Milenio …
      Verdad o no … los relatos se acumulan … en los viernes por la noche, cuando las lluvias de invierno inundan las noches oscuras … entonces … algunos encuentran … la chica … en la curva …